¿Qué es la diástasis abdominal? Te cuento en que consiste.
Antes de empezar con el blog de hoy, quiero hacerte un par de preguntas: ¿Los rectos de tu abdomen están más separados que antes? ¿Cuándo realizas un esfuerzo, como toser, la zona de tu abdomen se abomba? Si las respuestas son un SI, te invito a que sigas leyendo.
¿Qué es la diástasis abdominal?
La diástasis abdominal es la separación de los músculos rectos abdominales. Esta separación se produce por un daño en el tejido conectivo (línea alba) que une los rectos entre si. Se trata de un problema funcional y estético muy habitual y frecuente.
Puede presentarse en cualquier persona, de cualquier edad y sexo. Sin embargo, suele ser frecuente su aparición en la mujer durante el embarazo, siendo más evidente a partir del tercer trimestre.
En la mayoría de casos, la diástasis se resuelve espontáneamente en el postparto. Sin embargo. Existen casos en los que esta separación persiste y necesita un tratamiento principal, específico y conservador de fisioterapia. Este tratamiento se basa en cambios en el estilo de vida y hábitos diarios.
¿Para qué sirven los rectos del abdomen?
La principal función de los rectos abdominales es la de mantener el cuerpo erguido, permitir la flexión del tronco y la inclinación. También actúa durante la respiración, limitando la inspiración y favoreciendo la espiración.
Y, ¿qué relación existe entre la diástasis de rectos y el suelo pélvico? Mucho. La gestación tiene una influencia importante sobre el suelo pélvico. Además, el suelo pélvico no actúa de forma aislada en el cuerpo. Trabaja junto al diafragma, la columna lumbar y la pared abdominal. Es fundamental que todos estos grupos musculares trabajen de forma coordinada y en armonía. Si existe alguna disfunción en uno de ellos, esto repercute en el resto.
Por esa razón, si tras el parto presentas diástasis abdominal, la recuperación de tu abdomen y el trabajo de tu core van a ser el primer objetivo a conseguir en la rehabilitación posparto de tu suelo pélvico.
Factores de riesgo para la diástasis de rectos.
Los siguientes factores van a influir en la aparición de una diastasis abdominal en tus rectos abdominales.
1. Aumento de peso. Este factor aumenta la presión intraabdominal, generando un aumento de tensión en la línea alba.
2. El embarazo. En esta etapa, existe una gran distensión de los tejidos de la pared abdominal. Además, se produce un importante cambio hormonal. Aumentan las hormonas relaxina, progesterona, elastina y estrógenos, que alteran la composición del colágeno. Esto da lugar a un debilitamiento del tejido conectivo que une los rectos. Los embarazos múltiples, los bebés de mucho peso o un tono muscular bajo, son otros factores de riesgo en la aparición de la diástasis.
3. El parto. Aquellos partos complicados con muchas horas de pujo también pueden dañar este tejido. Y las cesáreas no son ninguna garantía para evitarlo.
4. Trabajo abdominal. Aumenta la presión intrabdominal, al igual que se aumenta con grandes esfuerzos o con cargas elevadas de trabajo.
Consecuencias de la diástasis abdominal.
Por un lado, la diástasis genera un problema estético. El vientre tiene un aspecto flácido y descolgado, del que pueden salir abultamientos al realizar esfuerzos.
Por otro lado, y muy importante, la diastasis genera un problema funcional. Va a influir en las disfunciones del suelo pélvico, como la incontinencia urinaria, los prolapsos y el dolor pélvico.
Además, influye en la postura, ya que la estabilidad corporal se ve afectada. Esto puede generar dolores de espalda, problemas digestivos (gases, estreñimiento, hernias,…).
También afecta emocionalmente. Puede influir en la imagen corporal, en la confianza en sí misma y en la salud mental en general.
¿Cómo diagnosticar una diástasis abdominal?
Te recomiendo que te pongas en manos de un profesional. Desde la fisioterapia de suelo pélvico, mediante una valoración manual y/o ecográfica, podremos confirmar si existe diastasis.
Esta valoración será individualizada a cada paciente, evaluando que ocurre en la cavidad abdominal y pélvica cuando la paciente realiza diferentes ejercicios o actividades funcionales.
Para una autovaloración inicial y orientativa, y sin que sustituya en ningún caso la valoración por parte de un profesional sanitario, puedes realizar tú misma este sencillo test para comprobarlo.
Túmbate boca arriba con las rodillas flexionadas y las plantas de los pies apoyadas. Coloca un brazo detrás de la cabeza y con los dedos de la otra mano, palpas la línea alba de tu abdomen, primero por encima del ombligo, y luego por debajo. Una vez colocada, realiza un abdominal tradicional. ¿Qué sientes en la yema de tus dedos? ¿Sientes que se hunden tus dedos? Si entre estos dos músculos existe una separación de más de dos dedos, podemos pensar que existe una diástasis de rectos.
¿Existe tratamiento para la diástasis abdominal?
Va a depender del estado de tu diástasis, de la separación que exista y del estado de tu musculatura. Con trabajo y constancia se podrá mejorar todo lo posible, pero quizás no se llegue a tener el mismo estado inicial. La diástasis de rectos se puede mejorar, pero la recuperación completa, la vuelta a la posición y aspecto iniciales es muy difícil de lograr.
Además de ponerte en manos de un profesional, que valore tu caso y proponga el tratamiento adecuado a ti, te doy algunas recomendaciones generales para no aumentar esa diastasis:
1. No hagas abdominales tradicionales. En su lugar, trabaja los hipopresivos, en los que vas a trabajar la pared abdominal profunda y va a ayudar a reducir tu perímetro abdominal. Aún así, siempre habría que realizar una valoración, ya que cada cuerpo trabaja y funciona de manera diferente a otro.
2. Tonifica el músculo transverso. Con ello, trabajaremos el core, muy importante para evitar disfunciones de suelo pélvico y para fortalecer la pared abdominal.
3. Evita valsalvas. Con esto me refiero a esos esfuerzos en apnea aguantando la respiración. Suele ser frecuente al coger o transportar peso, en la defecación, o al levantarte de la cama.
4. Evita el estreñimiento. Los esfuerzos defecatorios en la evacuación suponen una hiperpresión abdominal que puede aumentar la diástasis e influir en el periné. Además ayúdate de una posición facilitadora para la defecación. Sientate con las rodillas por encima de las caderas.
5. Ten una dieta equilibrada que incluya agua para la hidratación, así como alimentos con fibra para reducir el riesgo de estreñimiento.
6. Evita un segundo embrazado. Antes de ello, recupérate y recupera tu musculatura abdominoperineal.
7. Realiza ejercicios hipopresivos. Como te he comentado antes, es una de las mejores opciones para la diastasis. Con estos ejercicios vamos a trabajar toda la musculatura abdominal profunda a baja presión, por lo que no vamos a generar daño ni a la pared abdominal ni al suelo pélvico.
8. Realiza fisioterapia de Suelo Pélvico. Valora tu abdomen y tu suelo pélvico con un profesional. Tras la valoración, realizamos un programa de ejercicios, basado en fortalecer el core. Estos ejercicios los supervisaremos en consulta y luego la paciente lo debe entrenar en casa el resto de días, con una carga progresiva y controlando el abdomen en cada ejercicio.
9. Usa fajas específicas para diástasis abdominal. La diástasis después del embarazo no se va a cerrar más rápido por llevar faja. En cambio sí que ayuda a mejorar la sensación de bienestar de la mamá durante su recuperación. Seria recomendable su uso, si se acompaña de un tratamiento activo del suelo pélvico.
Hasta aqui el blog de hoy. Espero que te haya gustado y, sobre todo, te haya servido de ayuda y de información. Para cualquier consulta no dudes en llamarme o escribirme al 695100697. Me encantará poder ayudarte.
Nos leemos pronto 🙂